¿Consumimos como pensamos? El III Estudio Marcas con Valores, demuestra que cada vez son más los consumidores que buscan información y son conscientes del impacto ambiental y social vinculado a los productos y marcas que consumen. Esto se traduce en un creciente reclamo de responsabilidad hacia las marcas.
Una de las conclusiones del estudio apunta a que la consagración de Greta Thunberg como figura pública ha marcada un antes y un después en la confianza hacia los jóvenes como impulsores del consumo consciente.
La influencia de los menores de 20 en sus padres es mayor que nunca. El 69% de los adultos con hijos afirman hacer un consumo más consciente gracias a ellos, mientras que el 72% piensan que sus hijos tienen más información de la que ellos han tenido, cifra que en 2017 representaba el 66%.
Por otra parte, el 58% de los padres creen que sus hijos comprarán más marcas con valores porque tienen mayor conciencia en relación a la sostenibilidad y la justicia social, creencia que 2017 solo correspondía al 49% de los padres encuestados.
El estudio también identifica que las características de la generación Z influyen en su manera de relacionarse con las marcas.
Empoderados, optimistas y colaborativos, valoran lo auténtico y reconocen a las marcas que expresan un discurso humano, inclusivo e imperfecto, por encima del triunfalismo y el “greenwashing” corporativo.
La tercera edición del estudio también muestra el surgimiento de una nueva aspiración por parte del consumidor-ciudadano: el consumo consciente.
El 82% de los ciudadanos admiran a las personas que consumen con conciencia. Sin embargo, 6 de cada 10 reconocen que cuando compran barato, asumen que ese producto pueda estar fabricado bajo condiciones no responsables, ya sea medioambiental o socialmente.
Según la investigación, estos dilemas están más presentes que nunca. Comprar de forma responsable exige buscar información y hacer esfuerzos que no muchas veces no estamos dispuestos a hacer.
