Un nuevo tipo de residuo comienza a llegar a las playas y mares más recónditos del mundo: las mascarillas y guantes desechables. Los expertos advierten de la importancia de gestionar estos residuos correctamente y, de cara al futuro, trabajar en la búsqueda de nuevos materiales que sean seguros y menos agresivos para el medio ambiente.
A finales de febrero, la organización OceansAsia publicaba unas imágenes en las que se mostraban restos de mascarillas desechables encontrados en las playas de Soko, un archipiélago situado cerca de Hong Kong. Las fotografías y el vídeo ya han dado la vuelta al mundo y muestran otro de los efectos indirectos de la pandemia de COVID-19: la contaminación por plásticos de un solo uso.
Debido a la gran capacidad de transmisión del virus SARS-CoV-2, el uso de material de protección ha crecido exponencialmente, tanto a nivel sanitario como individual, y continuará haciéndolo en los próximos meses y a medida que comiencen las medidas de desescalada y la gente retome sus actividades. La mayoría de los materiales con los que se fabrican los guantes y mascarillas desechables no son reciclables, y esto está generando un nuevo colapso: el de la capacidad de gestión de este tipo de residuos. Como resultado, muchos de ellos acabarán contaminando ríos y mares.
